martes, 24 de agosto de 2010

Los adolescentes y el poder virtual



"Mejor pues que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época"
      Jacques Lacan, Escritos 1 (1)



Estamos en la era de la globalización, es una frase que escuchamos cotidianamente.
El contacto mediante Internet, Facebook, Twitter, Messenger hace que nos mantengamos en constante comunicación casi “inmediata e instantánea” con gente que conocemos y muchos  que no; estando una parte de ellos geográficamente lejos.

También en esta época es frecuente oír en la consulta psicológica la queja de padres respecto a que sus hijos se la pasan todo el día pegados a la computadora jugando.
Estos juegos consisten en ir superando obstáculos.

Cabe la pregunta si el estar conectados mediante las diferentes herramientas que nos brinda la tecnología moderna se encuentra al mismo nivel que la competencia en los juegos de la computadora, donde se trata de una permanente e incesante superación de obstáculos virtuales para ser cada vez más poderoso.
Así la persona se lanza a la conquista de ciudades, países, planetas.


Un paciente refiere que su hijo de 18 años se la pasa pegado a la computadora jugando.
-“Ahí es cuando se siente poderoso. Puede hacer todo lo que no puede en la vida real.”

Comenta  que su hijo en este juego virtual, cada  vez va ganando más puntos y adquiriendo más poder, con lo cual lo consultan otras  personas (a veces de otros países) para “unirse a su grupo”; por supuesto el equipo ganador.
- “No puedo lograr que deje la computadora y vuelva a la realidad” - refiere preocupado el padre.

¿Puede considerarse este estar pegado a los juegos compitiendo como una adicción?

Si consideramos los parámetros de la psiquiatría haría falta alguna sustancia y su dependencia con ella.

Pero como los tiempos van cambiando, también los conceptos y la realidad impone la inclusión de otros nuevos.

Si consideramos a la adicción desde el punto de vista analítico como un más allá del Principio del Placer, donde hay algo del orden de la repetición que no puede ser procesado, podemos pensar que efectivamente lo es.

 Hay otros planteos importantes para ser pensados en relación a esta adicción virtual (2)   
-¿Es posible en la vida “real” controlar a las demás personas, así como sus sentimientos?
-¿Se pone en juego la fantasía de controlar ó ser controlado?
- ¿Por qué una persona necesita recurrir a estos juegos en forma compulsiva?
-¿Qué ocurre cuándo se logran superar todos los obstáculos una y otra vez?

Como cada persona es única, lo que se le juega en esta adicción al poder virtual también lo es.

La experiencia en las consultas psicológicas hace pensar que la prohibición de los padres a sus hijos para que no utilicen la computadora y los juegos no da resultado, pasa a ser una solución instantánea y momentánea que no es respetada por los adolescentes.

Tal vez porque porque esta adicción a la  virtualidad deba ser pensada desde otro lugar que no sea el de la prohibición. Es importante darle el estatuto de síntoma y como tal poder empezar a ponerle palabras en un tratamiento psicológico.


Licenciada Esther Litera
Psicóloga
estherlitera@yahoo.com.ar
4866-3840